A lo largo de los años quizá sea ésta la pregunta que más he escuchado a la hora de desarrollar un Manga. Todo el mundo quiere conocer las claves del éxito:
"¿Qué hay que hacer para que mi Manga tenga éxito?", "¿Es cuestión de dibujo o de argumento?". La respuesta lo es todo y no es nada, es tan sencilla como compleja y no puede resumirse en una simple frase; el camino del éxito empieza por definir la palabra éxito y termina en todo un proceso de aprendizaje, de creación.
Mientras escribo estas líneas, hace 5 años que comencé a dibujar mi Manga Raruto, y más de 2 desde que comencé con 5 elementos. El dibujo de Raruto es penoso en sus tres primeras temporadas, moderadamente correcto en la cuarta y quinta, y correcto pero descuidado en el resto. 5 elementos tiene un estilo de dibujo adaptadamente correcto a partir del capítulo 12 en adelante, pero aún así nunca 100% estilizado o que goce de grandes detalles como tramas, sombras, brillos, fondos complejos, etc.
Cuando uno se propone a aprender a crear Manga, siempre comienza dibujando cabezas de personajes Manga, o se compra libros para aprender a dibujar cuerpos y cabezas de personajes Manga. Pero, ¿qué es esto en la totalidad de crear un buen cómic?
Se me ha ocurrido la idea de hacer una reflexión subjetiva para intentar cuantificar los factores, aún teniendo en cuenta que todos son importantes. En primer lugar, vamos a visualizar un cómic
como algo artístico (evidentemente), pero también
como algo que se vende en una sociedad de consumo.
¿Qué es un Manga como producto artístico? Podríamos definirlo como el Manga de portada para adentro: su historia, su dibujo, sus personajes... aquello que no piensa en si se vende más o menos, el mero arte.
¿Qué es un Manga como producto comercial? Podríamos definirlo como el Manga de portada para afuera: su forma de presentarse al lector, su encuadernación o formato de venta, su distribución, su comercialización, el contexto en el que explota, cómo se obtiene beneficio del mismo... Algo en parte necesario si uno quiere explotar su trabajo a ciertos niveles porque hay entornos en la sociedad en la que vivimos en los que no se puede entrar si no se tiene dinero, y por tanto, hay que conseguir este dinero (un ejemplo, puedes subir tu Manga a Internet sin costes, pero si quieres imprimir un libro, necesitas dinero). Ya es cuestión de en qué esferas quiera entrar el artista.
Vamos a comenzar a explotar la parte artística del Manga, que es la más importante para obtener un producto de calidad (la otra es sólo para ganar dinero).
La pregunta clave, ¿qué es más importante, el guión o el dibujo? Técnicamente todo importa y es difícil hacer una escala de valores y poner la mano en el fuego diciendo que uno es más importante que el otro. Es un compromiso fatal, un "¿a cuál de tus padres quieres más?" o algo por el estilo. Sin embargo, bajo mi punto de vista personal, voy a arriesgarme a dibujar el siguiente gráfico.
Tanto el guión como el dibujo son fundamentales en un cómic, pero el guión es algo más importante. Ésta es mi opinión. ¿En qué me baso para afirmar este hecho? Llevo cinco años asistiendo a eventos de Manga, haciendo charlas, impartiendo taller de Manga y charlando y comentando con miles de lectores de Manga aquí en España.
Una aplastante mayoría de lectores afirma que podría leer un Manga con un dibujo mediocre si el argumento le interesa y el guión es bueno, y sin embargo esa mayoría afirma que podría dejar de leer un Manga con un excelente dibujo si su argumento es mediocre o le aburre.
¿Es motivo suficiente para pensar que quizá el guión sea un poquito (un poquito) más importante que el dibujo?
Aún con esto, cuando alguien decide a aprender a dibujar Manga, siempre reduce el saber a aprender a dibujar... ¡Y no sólo eso! A aprender a dibujar personas, que ni siquiera es el TODO del dibujo.
Sería muy complicado definir lo que es el dibujo, pero ya que estoy en plan metódico, me gustaría dar mi opinión sobre 5 factores que considero fundamentales en el dibujo de un cómic. Todos tendrían el mismo valor, así que podríais atribuirle a cada uno un 20% sobre el valor total que tiene el dibujo sobre la parte artística del cómic.
En esta visión simplificada que pretendo presentaros hoy, los valores son los siguientes:
Vamos a reflexionar brevemente sobre los mismos:
- Técnica - Creo que la mayoría de personas que intentan aprender a dibujar cómics es en lo único que se fijan. ¿Están bien las proporciones? ¿Los ojos están a la altura correcta? ¿Los dos brazos son igual de gruesos? ¿Las manos de la mujer son más finas que las del hombre? ¿El trazo es firme? ¿La perspectiva es correcta? ¿Eso es una mesa? ¿Es una botella? ¿Cómo dibujo un animal de cuatro patas? ¿Sé dibujar humo? ¿Cómo fluye el agua? ¿Cómo se mueve el fuego? El simple dibujo. Es precioso trasladar el mundo real a una visión creada por una persona, que puede ser tan fantástica como real.
- Expresión - ¿Los personajes transmiten las emociones adecuadas? ¿Sabíais que el rostro humano tiene decenas de músculos para emitir las expresiones faciales? ¿Cómo de complejo entonces podría llegar a ser el dibujar una sonrisa? Demasiado complejo, realmente. Sin embargo, aquí tenéis una sonrisa con dos puntos y una curva... :) Como humanos, podemos percibir las emociones de los personajes simplificadas a través de un lenguaje visual e iconográfico. Un dibujo no tiene que ser técnicamente excepcional para transmitir emociones, y de hecho, un dibujo puede ser técnicamente muy correcto pero tener personajes que no transmiten absolutamente nada. Si queréis que vuestro cómic haga reír o llorar, tendréis que trabajar la expresividad de los personajes.
- Adecuación - El cómic es un conjunto de dibujos y letras que cuentan una historia. ¿A quién se la estamos contando? Es algo realmente importante. El dibujo debe tener una capacidad de adecuación, de ser adecuado para transmitir el mensaje y adaptarse a lo que el lector espera. Podemos pensar en el estilo de dibujo, en la cantidad de objetos por viñeta, en la complejidad de los personajes, en el tipo de fuente que usamos para conectar con nuestro dibujo, etc. Shin-chan o Raruto son dos ejemplos de Manga con dibujo muy débil en técnica, pero con una gran adecuación, que conectan con el público que los ha de leer.
- Composición - Cuando uno quiere dibujar Manga tiene que dibujar Manga. Dibujar Manga es dibujar una historia a través de viñetas y páginas, y no dibujar personajes sin fondo en un papel. El ojo del ser humano no se desplaza a través del papel de cualquier forma, sino que lo hace siguiendo unos patrones (eso para otro día). Dónde colocar a los distintos elementos de una viñeta dentro de la misma es algo vital para que la información se transmita como deseamos. ¿Dónde colocar los globos de texto, a los personajes, el fondo...? Aún así, cuando tengamos una viñeta, ésta tendrá que estar dentro de una página, y una página estar dentro de un doblete de dos páginas... ¿No se os ha ocurrido estudiar nada de composición?
- Forma - Aún después de saber dibujar correctamente una mano, un pie, un ojo o una gallina, está la forma en la que lo presentamos. En la historia del Manga vemos desde Mangas con trazo grueso y sin tramas, hasta delicias infinitamente entramadas y sombreadas, pasando por trabajos enteramente a color, con brillos o sin brillos, con sombras o sin sombras... A veces parece que poner tramas sea obligatorio para dibujar un Manga, pero el entramado no es más que una forma más de trabajar con el Manga. De hecho, los Shonen Manga más populares de la historia como pueden ser Dragonball o One Piece no usan tramas propiamente dichas, sino un nivel de grises muy personalizado; estos trabajos juegan más con el contraste de la masa de negros con el resto del dibujo. ¿Es igual dibujar un Shojo que un Shonen? Realmente no, así que también hay que concentrarse en la forma.
Dicho todo esto, y viendo que la técnica no es más que una parte del dibujo, que a su vez no es más que una parte del manga artístico, que a su vez no es más que una parte del manga global... ¿Por qué sólo estudiar técnica de dibujo?
Podéis opinar sobre los puntos a favor y en contra de esta reflexión.