7 consejos para ser más productivo

A raíz de la reciente entrada que se publicó aquí en Sutori sobre la dureza del trabajo de un mangaka iniciándose en el mundo editorial enJapón, se me ha ocurrido escribir esta entrada enfocada a hacer unas pequeñas reflexiones sobre cómo trabajar duro y de forma más productiva.

Dejar claro que estos consejos son sólo para aquellas personas que quieren llevar a cabo sus proyectos con productividad. No están dirigidos a aquéllos que tan sólo quieren hacer cómics de forma despreocupada por mera afición, sino a aquéllos que quieren comenzar a hacer proyectos aplicando un poco de disciplina hasta conseguir convertirlos en proyectos profesionales.

Estos consejos no son directrices, sólo apreciaciones basadas en mi experiencia personal. Llevo 8 años trabajando en los cómics, y hasta el momento acumulo publicaciones por valor de 3.000 páginas, además de llevar una editorial y varias páginas Web del género. Mi trabajo es más bien casero, pero aún con eso han sido muchos años de duro trabajo y organización y de esto trata este texto.

Por último, tened en cuenta que no es lo mismo hablar de productividad a un adolescente que a un hombre de 30 años. Cada persona tiene unas obligaciones diferentes, una gestión del tiempo diferentes y puede implicarse en la elaboración de cómics en medidas diferentes. Que cada cual asuma el artículo a su manera.

Espero que los consejos os sean de utilidad.

Consejo 1. Dedicir lo que quieres conseguir

Definir una meta y actuar en consecuencia

Definir una meta es la clave para saber qué camino tomar. Sin una meta concreta es probable que se acabe dando tumbos desorientados más que haciendo un trabajo productivo.

Hay personas que no tienen metas concretas, sino que aprecian el ir descubriendo las sorpresas que les aguardan los caminos y van improvisando. Si esto está claro, es una buena opción, pero si se tienen metas concretas como "terminar un cómic de 20 capítulos" o "publicar un trabajo en una editorial" es mejor definirlas y tenerlas claras para dirigirse hacia el objetivo de forma directa.

Conozco a mucha gente que sueña con ganar la lotería, pero nunca compra boletos. Así es imposible que cumplan con ese objetivo.

Lo mismo para todo. Si uno quiere ser autor de cómics profesional, tiene que dar los pasos necesarios para conseguirlo, de otro modo, estaría deseando ganar la lotería sin comprar boletos.

Calibrar la meta

Ahora convendría calibrar si la meta es realista. Casi todo es posible en este mundo, los sueños pueden cumplirse, pero hay cosas más posibles que otras.

Imagina a dos chicos de 15 años. Uno vive en Los Angeles, es hijo de actores famosos de Hollywood. Otro vive en un pequeño pueblo de España, es hijo de obreros. Imagina que ambos sueñan con ser actores de Hollywood. Ambos pueden conseguirlo, pero creo que estamos de acuerdo en que el segundo chico lo tendrá bastante más complicado que el primero.

Eso es calibrar una meta. Saber lo lejos o cerca que está de ti para asumir el esfuerzo que tienes que hacer para llegar a ella.

Por desgracia, no todo el mundo tiene las mismas posibilidades para realizar ciertos esfuerzos. La vida de cada uno es diferente. De ahí la importancia de calibrar la meta.  

Consejo 2. Desmenuza tu meta en pequeños objetivos

Imagina a un adolescente que se levanta un día y decide que quiere ser el guitarrista de un grupo de rock de fama mundial. Toma una guitarra y comienza a aprender a tocar. A los dos días, habla con unos amigos para grabar una maqueta y enviarla a una gran discográfica de Estados Unidos. ¿Qué pensarías de este chico?

Personalmente, he recibido visitas de jóvenes que acaban de empezar con los cómics y que me muestran sus dos primeras páginas y me cuentan que son para una obra larga que se publicará en España y Japón. Un poco de calma, por favor.

Una vez definida la meta cabría desmenuzarla en pequeños objetivos e intenta cumplirlos uno a uno. Una persona que no haya hecho un cómic entero en su vida y que se levante cada día pensando que quiere publicar en Japón se volverá loca.

Es como la educación. Uno no se levanta con 6 años y dice “Mamá, voy a la universidad a hacer unos exámenes de ingeniería”. Primero va al colegio, y curso a curso, acaba en el instituto, luego la universidad… una colección de pequeños logros ordenados.

Para un proyecto artístico es lo mismo. No conviene realizar una tarea de nivel 10 (ejemplo) si todavía no se ha demostrado que se sea capaz de hacer una de nivel 2. Un tomo de manga estándar tiene entre 150 y 200 páginas. Una persona que no es capaz de dibujar un cómic de 50 páginas no puede ser capaz de dibujar uno de 200, y mucho menos una serie de varios volúmenes de 200 páginas.

El consejo es realizar una ruta de pequeños objetivos para ir cumpliendo poco a poco. Así el camino hacia el objetivo final estará más claro y se llevará con más perspectiva.

Consejo 3. Un profesional ha de ser productivo

Otro consejo para ser más productivo es entender que es imprescindible serlo. Un profesional del cómic no es sólo un gran dibujante, o un gran escritor... es un trabajador, y por tanto lo que se busca que además de hacer bien su trabajo lo haga con cierta productividad.

Conozco casos de jóvenes con nivel artístico sobresaliente (de esos que te dejan de piedra), cuyos proyectos han sido cancelados antes de comenzar por no ser capaces de seguir un ritmo productivo.

Mucha gente puede hacer un excelente trabajo si se les da todo el tiempo del mundo. El desafío está en hacer un buen trabajo con un tiempo concreto.

Si piensas que la productividad es una tontería y que el arte no tiene tiempo y que lo importante es el resultado aunque se tarden cien años… no puedo quitarte la razón, pero entonces ¿por qué demonios estás leyendo un artículo de productividad?

Consejo 4. Mostrar seriedad hacia tu proyecto

Si uno quiere que su proyecto haga sentir bien a los demás, a uno mismo, que genere seguidores e incluso que se venda... lo mínimo es tomárselo en serio. Y tomarse algo en serio es ponerlo a la altura de una ocupación obligatoria tal como un estudio o un trabajo.

Se puede trabajar a diferentes ritmos dependiendo de lo que se busque. Unos publican de forma más esporádica y otros de forma más regular, pero siempre se debería trabajar con seriedad.

Si uno está empezando, esta seriedad implica ser regular, llevar unos ritmos concretos y trabajar de seguido para mejorar.

Unos deciden apuntarse a una academia de cómic y sus progresos son brutales gracias al seguimiento. Otros no pueden permitírselo por dinero o distancia, por lo que tendrán que ser su propia academia; es cuestión de voluntad.

Obviedad: si uno le dedica a su proyecto “un rato de vez en cuando” el proyecto crecerá menos que si le dedica varias horas al día.

Tu tiempo y tus prioridades son cosa tuya, pero si no quieres/puedes sacar tiempo para ir a comprar boletos, tampoco pidas que te toque la lotería.

Consejo 5. Evitar los trabajos en equipo desorganizados

Recomiendo que si se quiere ser productivo se eviten los trabajos en equipos desorganizados. Sólo recomendaría los trabajos en solitario o en equipos organizados.

Un equipo organizado es un grupo de personas que se guían por las directrices de un director o un plan establecido.

Un equipo desorganizado es… como cuando se juntan cuatro para hacer un trabajo de clase y uno lo hace todo, otro hace como que ayuda y los otros dos no hacen nada. O como cuando tres amigos dicen “vamos a hacer esto” y al final nadie sabe lo que tiene que hacer ni cómo lo tiene que hacer.

Los grupos desorganizados atascan a los miembros productivos. Algunos problemas frecuentes en estos grupos son:

• Pocos miembros del equipo hacen casi todo el trabajo y se sienten descompensados respecto a los demás, por lo que acaban por desmotivarse y el proyecto se paraliza.
• Uno miembro del grupo se queda esperando a que otro vaya haciendo su parte y al final no trabaja nadie.
• Gente que abandona el proyecto o desaparece del mapa.
• Conflicto de intereses: cada uno quiere ir en una dirección y no se llega a un acuerdo.

Trabajar con amigos y compañeros es genial, pero si el equipo no está bien organizado recomiendo dejar esta práctica para proyectos “por diversión”.

Consejo 6. Elimina las distracciones

Fundamental. La productividad y las distracciones son enemigas. Solemos tardar unos 15 minutos en concentrarnos al 100% en una tarea. Si se uno se distrae cada 10 minutos, probablemente vea cómo las horas han pasado y no ha hecho nada.

Conozco a gente que trabaja navegando en Internet cada 10 minutos, entrando en redes sociales, páginas de humor… o con el Smartphone en la mano atento a los mensajes de conocidos… Me cuesta pensar que alguien pueda trabajar de forma productiva en esas condiciones.

Ejercicio: cronometra el tiempo que tardas en realizar una misma actividad primero sin distracciones y luego con distracciones cada 5/10 minutos. Si has tardado lo mismo, enhorabuena, eres Dios. Si tardaste menos cuando no tenías distracciones, eres un ser humano corriente.

Incluso aunque uno esté trabajando en soledad, es realmente común y sencillo distraerse con Internet.

No ganarás la lotería si sales cada mañana a comprar un boleto y te paras veinte veces por el camino a hablar con gente y cuando llegas a la tienda de boletos te das cuenta de que ha cerrado.

Nota: En este caso no incluiría a esas personas que suelen dibujar escuchando música o viendo una película, dado que éstas son actividades pasivas que no interrumpen el proceso de trabajo (o no deberían).

Consejo 7. Aprender a gestionar tu tiempo

Después de estos consejos, queda el final, la gestión de tu tiempo.

Si durante todo el artículo has pensado muchas veces algo como “eso será si tienes tiempo”, “yo no tengo tiempo”, mi consejo es que aprendas a encontrarlo.

Suma las horas del día en que estás haciendo tareas obligatorias (como trabajar, cuidar de un hijo o familiar, ir a clase o estudiar). Súmale las horas que duermes. Si da como resultado 24, entonces es verdad, no tienes tiempo. Si da menos de 24, sí que lo tienes, pero lo estás dedicando a otra cosa.

Si esas cosas a las que estás dedicando ese tiempo no son negociables, entonces no hay más que hablar. Ya estás dedicando tus 24 horas a lo que deseas.

Pero si crees que parte de lo que estás haciendo en esas horas opcionales podrías dedicarlo a otras tareas que te gustaran más, cabría que te lo plantearas.

Dibuja un horario semanal que muestre a qué dedicas tus 24 horas diarias en una semana “normal”. Si crees que podrías sacar tiempo de algún lado, detéctalo y úsalo.

Tienes que adaptar tu tiempo a tus deseos, cada uno busca (o necesita) un equilibrio diferente entre productividad, descanso y ocio. Busca en tu horario y encuentra tu tiempo; espero que encuentres algo.

Cuando lo encuentres, úsalo con productividad. Hay personas que en una hora son capaces de hacer más trabajo que otras en cinco. Tienen menos tiempo, pero hacen más. De eso trataba esto.

Espero que os haya gustado el artículo.