Y así empieza la noticia del diario español la información donde hacen una pequeña entrevista a José María Ken Niimura (Si, se llama así, aunque generalmente se apoda JM Ken Niimura) después de haber ganado el premio en el Certamen Internacional de Manga. La noticia es reciente, pero igual me encantó leerla ya que habla de una manera corta, precisa y neutral las diferencias entre Japón y España a la hora de dibujar cómics.
A pesar de que copiaré y pegaré la entrevista les dejo el enlace a la original , al blog de JM Ken Niimura (Donde hay unas fotos del viaje que hizo a Japón por el premio) y a la página de Mata gigantes de la editorial norma.
Les dejo la noticia:
"JM (José María) Ken Niimura nació en 1981 en Madrid de madre española y padre japonés. Ha vivido toda su vida en la capital pero desde hace 5 meses vive en Tokio. Y no tiene billete de vuelta. Hace tres semanas Niimura se ha llevado, junto con el guionista estadounidense Joe Kelly, el primer premio en la quinta edición del Certamen Internacional de Manga con Soy una matagigantes. Organizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores japonés y destinado a galardonar las mejores obras de narrativa gráfica no japonesas pero de influencia japonesa, el certamen premia por primera vez con el reconocimiento más importante una obra no asiática.
Hablamos con Jen Niimura con 8 horas de diferencia, nos cuenta que el éxito de Soy una matagigantes ha sido una sorpresa desde el principio. Editado o, mejor dicho, autoeditado en Estados Unidos entre 2008 y 2009 - primero por capítulos en formato cómic book y luego en único tomo - ha llegado a las listas de lo mejor del año sólo gracias al boca-oreja de los lectores. En España salió en 2009 editado por Norma Editorial. Se ha publicado en Francia, Holanda, Italia, Brasil y hay más ediciones en camino.
De las tiras prehistóricas al iPad
Desde que empezó a dibujar, Ken Niimura dibujó cómic. “Creo que dibujé cómic desde los 3 años y supongo que tiene algo que ver con la incapacidad de contar las cosas sólo por escrito o sólo con imágenes" afirma. "Creo que la carencia de algún tipo de capacidad para comunicarme bien en cualquiera de las dos maneras hizo que el cómic fraguara como un modo más natural y espontáneo de poner las cosas por escrito sobre papel”.
“Cuando estaba en el colegio hicimos un trabajo sobre la prehistoria, tenía 7 u 8 años o algo así y se supone que era un trabajo por escrito. No me preguntes por qué pero yo hice un cómic”.
Niimura se declara también un fetichista del papel, del formato clásico del cómic, no sólo de su manera de contar una historia. Sin embargo no dramatiza sobre el quizás "no deseable, pero sí inminente” pasaje del cómic al formato digital. “El iPad permite mostrar imágenes en color, más grandes, con más resolución, está mucho más adaptado para el cómic que un lector de e-book. En Estados Unidos hay algunas editoriales que publican tanto en formato papel como en formato digital” y pronto “alguien acabará saliendo con un cómic expresamente hecho para el iPad”.
Cultura española versus cultura japonesa
El último proyecto de Ken Niimura es un cómic titulado Spicy Tuna, la primera historia larga que publica en Japón. Sobre la sinopsis no quiere desvelar nada, pero cuenta que “va de cultura española versus cultura japonesa”. Un tema que da para mucho.
“La diferencia más grande que veo en relación al mercado del cómic es que aunque en España puedes vivir de dibujar cómic en general esta actividad suele compaginarse con otro trabajo extra como la ilustración o el cine. No hay mucha gente que, publicando solamente en España, viva solamente del cómic" afirma Niimura. "La ventaja es que no hay presión. Como no hay un interés económico hay una libertad total, las obras que se hacen en España son mucho más variadas y libres que las que se hacen en otros mercados".
"En Japón es lo contrario, es decir, hay una industria, puedes vivir de hacer cómics, pero esto quiere decir que en algunos casos tienes que transigir, tienes que hacer cambios para adaptar las obras al mercado”.
Por lo que se refiere a las dos culturas, Niimura recurre a algo leído en un libro de Pedro Gallo para explicarlo.“Según él, y me parece que tiene bastante razón, en España, por ejemplo, si tú haces un producto y es un mal producto, si está hecho con lo que se llama "buena intención", la gente tiende a pasar por alto sus imperfecciones. En Japón sin embargo un producto malo se salva sólo si tiene cualidades estéticas: puedes hacer un producto inútil pero si es bonito la gente lo acepta”.
Obviamente es imposible saber con cuál de los dos países se quedaría o con qué se quedaría de cada uno de ellos. “Me siento japonés y español, a sabiendas de que soy un outsider en ambos países, soy y no soy de ambos países. El hecho de haberme mudado ahora a Tokio ha cerrado un círculo. De Japón me gusta el sentido del deber y la ética de trabajo: el país funciona como funciona porque tiene una ética de trabajo intachable, que hace que en algunas ocasiones todo sea más rígido pero que funcione".
"De España me quedo con el hecho de que no hay reglas y que a pesar de esto se consigue que todo funcione. Vivo en una contradicción constante entre necesidad de orden y necesidad de caos”.
Interesante entrevista, además de que tiene mucha razón.
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